Al menos desde finales del siglo XVIII, con el advenimiento de la llamada sociedad industrial y la economía capitalista, la "vida" pasó a ocupar un lugar central en las prácticas de gobierno. Como ya señalara Hannah Arendt, la política se convirtió entonces en "administración de la vida", y la "población" dejó de entenderse como un conglomerado de individuos, para ser considerada como una "masa viviente" sujeta como tal a toda una serie de procesos biológicos de conjunto: índices de natalidad, de mortalidad, de morbilidad, de higiene, etc. Mediante la biopolítica de las poblaciones -dice Foucault-, la vida entra en el juego de las estrategias políticas, o mejor, de las "tecnologías políticas" que van a invadir el cuerpo, la salud, las condiciones de vida, la forma de vivir, la propia sexualidad, la alimentación y, en general, el espacio entero de la existencia.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la drástica amenaza de las armas nucleares, los cada vez más patentes "riesgos ecológicos" inherentes al desarrollo industrial, y las crecientes desigualdades generadas por el llamado "neoliberalismo", nos obligan hoy a plantear nuevas cuestiones, a menudo esbozadas en los "márgenes" del pensamiento occidental. De igual modo, el extraordinario desarrollo científico-técnico experimentado en los dos últimos siglos abre ante nosotros, ciudadanos del siglo XXI, todo un campo de expectativas, pero también de peligros las más de las veces disimulados por el ya viejo y caduco disfraz del progreso.
El siglo XXI, quizá sin el entusiasmo de otras épocas, ve así nacer toda una serie de nuevos saberes tecnocientíficos -nanotecnologías, nuevos modelos computacionales, biotecnologías, ingeniería genética, etc.- y nuevos análisis epistemológicos, que prometen ciertamente grandes logros y esperanzas pero que igualmente parecen esconder oscuras sombras. Al tiempo, los nuevos problemas médicos y la creciente medicalización de la sociedad, las nuevas enfermedades mentales inherentes al modo de vida occidental, las reformulaciones actuales de lo "normal" y lo "patológico", por no hablar de la siempre mudable concepción de la salud, son igualmente cuestiones de enorme calado filosófico.
Todos estos problemas, y muchos otros, son los encargados de vertebrar esta mesa número 5 del XLVII Congreso de Filosofía Joven, llamada "Acción y coacción a comienzos del siglo XXI". Se trata pues de un intento por conciliar distintas disciplinas y ámbitos de estudio en un momento en que la "crisis" de los saberes tradicionales debe ofrecernos la posibilidad, quizá como nunca, de plantear nuevos modelos interpretativos y nuevas formas de entendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo que nos rodea y del que formamos parte. Este blog, dentro del espacio que nos ofrece el Congreso de Filosofía Joven, pretende ser un lugar de encuentro y debate para todos aquellos interesados en estas cuestiones.
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